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Catherine Parker Larrañaga  

Catherine Parker Larrañaga

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“Las Discurrías y sus sin cuenta what’s up”… curioso nombre me dijeron…

…y varias veces tuve que explicar el por qué del título. Pero si leemos con detención la palabra “Discurrías”, nos daremos cuenta que tiene su origen en el término “discurrir” y entre muchos de sus significados encontramos el de: pensar, reflexionar, deslizarse, marchar y fluir. Nos quedaremos con “fluir”, ya que todo lo que fluye es diáfano, cristalino, luminoso y nítido. Así es la relación de éste grupo de discurrías amigas unidas por la transparencia de ser quienes son sin caretas, unidas por la solidaridad en momentos de necesidad y unidas por la luz que se dan unas a otras en momentos de confusión. Además de todo eso, saben poner la cuota de humor y liviandad que toda situación, sin ser crítica y grave, debe tener. El humor es el ingrediente fundamental en esta historia, que transforma momentos amargos, en episodios repletos de ingenio y gracia.

La vida, ya es un camino suficientemente difícil de recorrer como para transformarlo en algo aún más complejo y falto de chispa, por eso, éste grupo de mujeres mantendrá siempre en alto la bandera del buen humor y de la verdadera amistad para lidiar con el día a día.

El humor, será el elemento que amortigua las cosas que les pasan a diario, algunas en verdad divertidas y otras frente a las cuales es mejor reírse aunque pueda parecer poco criterioso hacerlo. El uso de la sana ironía frente a las situaciones que viven, es la mejor herramienta para disfrutar de la vida venga como venga.

Este humor lo plasman continuamente en sus reuniones y conversaciones de WhatsApp, medio que se transforma en el vínculo principal cuando no están juntas. Este moderno sistema de chat es el cordón umbilical que las mantiene en constante actualización de las cosa que les suceden.

En éste, mi primer libro oficial ya publicado en Amazon y también a la venta en su versión impresa, podrán disfrutar de las entretenidas anécdotas de estas “DiscurriAmigas”. Podrán descubrir, a través de sus historias, el gran valor de la amistad como vínculo sostenedor de estados emocionales que oscilan desde la alegría al dolor. Estas chicas son como un “Sex &The City”, a la chilena; divertidas, entusiastas, apasionadas y profundas, pero con un poco menos del glamour Neoyorquino.

Las amigas se convierten en un pilar escencial, en una etapa en que las mujeres hemos pasado los cuarenta años, y debemos re inventarnos para hacer fructífero el tiempo libre que van dejando los hijos al volar del nido. Son nuestra oreja, nuestro apoyo, nuestra alegría en alegrías, lágrimas en la tristeza y compañía en la soledad. La verdadera amistad es un gran tesoro que hay que proteger y guardar; un tesoro que se comparte de ida y vuelta al dar y recibir, al descubrir y ser descubiertos, porque la honestidad de ser nosotros mismos es lo que hace que perdure.

Si tienen la suerte de contar con esa clase de amigas, cuídenlas como a una delicada planta a la que hay que regar para que crezca, se fortalezca y adorne algún rincón, porque ese rincón será el de tu alma. Una amistad verdadera, íntegra y generosa, se hará robusta protegiéndonos en momentos duros y será también un refrescante oasis para seguir gozando de la vida en buena compañía.

Eso son las “Discurrías”, un grupo de amigas que se autodenominó de esta forma buscando reforzar la identidad de cada una de sus ingeniosas, divertidas, inteligentes y ocurrentes integrantes. Otros grupos de WhatsApp pueden llamarse “Generación 92”, “Las más ricas”, “Las Socias”, “Las mejores”, “Las siempre listas” buscando el mismo fin: mantener la continuidad de la relación cuando no se está físicamente presente.
Cada mensaje, cada foto y cada audio enviado a través de esta moderna aplicación, es como el agua que riega esa plantita llamada amistad, fortaleciendo y enriqueciendo las vivencias compartidas.

Algunos se quejan de la híper comunicación; que invade, que molesta, que se usa abusivamente, etcétera, pero para ser honestos, si la usamos bien, es una tremenda herramienta contra la soledad. Nos mantiene cerca de quienes están lejos, y podemos acceder a buenos consejos y datos en forma inmediata.

“Las Discurrías” han sabido capitalizar esa herramienta de la mensajería instantánea, convirtiéndola en su cable de conexión permanente que las une, divierte y acompaña. Siempre habrá una “Discurría” disponible para hacer más amena la antesala del dentista, menos solitaria una noche de insomnio y mejorar cualquier receta de cocina que no supimos terminar.

Disfruten de “Las Discurrías”, disfruten de la amistad y nunca olviden la cuota de humor en sus vidas.