¿Quién le pintó los lunares a la Chinita?
Al posarse en su mano, su inocente cara me miró con sorpresa y abriendo grande sus ojos verdes preguntó: -mamá, ¿quien le pintó los lunares a la chinita? Y disfrutando de su dulzura le dije: -nadie los pintó mi cielo, lo que pasa es que cada vez que vuela a un lugar nuevo, marca en sus alas ese destino para que no se le olvide cuantos lugares ya conoce.